Las venas abiertas del caracazo

Colectivo Yara Ron

Yo vi a una gaviota dándole combate a un río.  Así es como todo comenzó.

Crónica arrojada desde Antímano en Buenos Aires:

Lunes:

  Me despierta una llamada preguntándome cómo estoy —quién escribe acepta llamadas telefónicas sólo cuándo la necesidad lo impone; una llamada de buenos días es demasiado intrusiva para el letargo de las mañanas. Apenas pude balbucear «estoy bien» entre los ladridos de la tos y cuelgo la llamada sólo para encontrar en mi camino al baño un titular familiar en la tele: “el ejército chavista llega a los barrios”, seguido de “las milicias populares entrenan para matar a Trump”. La cereza del pastel: “el ejército entrena a los civiles con fusiles AK-103”. Me cepillo los dientes y amanezco en el recuerdo de un viejo flyer: “ningún imperio te dará libertad. Ni dictadura, ni democracia”. 

  Tras la gracia irrefutable del primer sorbo de café, aparecen Edmundo y María Corina con el mismo video rancio de fondo azul y camisita blanca rogando invasión. Hablan desde las Naciones Unidas, mientras Bortz no deja de maullar.

  Recuerdo lo que el historiador me escribió mientras se filmaba una entrevista clandestina porteña: “el conocimiento es siempre conocimiento situado”. Al mismo tiempo, un hermano me confirmaba la sedición de Kassandra. Al preguntarle, ¿Cómo se escribe con cuatro buques al frente? Me habló claro: “son de hecho siete. Estoy con una ponencia sobre la enseñanza audiovisual desde mi experiencia en la uni y uno sobre el documental del llano para una revista”. Se despidió con un “pasa las fotos que saquen con el beta ruso”. 

  Los días son un naufragio. Tras un impulso de valentía radical, llamo para preguntar por la ciudad. ¿Cómo ves el barrio? Esa es la pregunta que me saca las dudas. “Se escucha eso de los buques, pero las calles están tranquilas. En plaza Venezuela es que se ve bastante policía”. Pregunto por los fusiles y escucho los ecos de Sorte entre risas: “Eso es para la gente de los consejos comunales. Ojalá me den uno a mí pa’ matarlos a toditos”. 

  Cae la noche, sube el humo y, mientras traduzco, el parlante escupe: “no se olviden que a Bush, de la noche a la mañana, le tumbaron las dos torres”. 

Martes:

  La asimilación se extasía en la acción por la mostración. La memoria ha sido fragmentada para borrar todo tipo de causalidad narrativa. Sólo en el mañana, Kassandra es escuchada. En el ahora, la vorágine epocal se jacta con la mostración de su libreto en la misma tarima hedionda a azufre de otrora: El Reino Unido, Australia, Canadá, Francia y Portugal reconocen al Estado Palestino en la Asamblea General de la ONU. Queda claro: ayer, los escuálidos se sacaron la fótico adeca de turistas en la tarima. El imperio anda buscando ruinas donde instaurar sus resorts turísticos post-genocidas demócratas. Bien sea en el mediterráneo o en el caribe. It’s just business.

  El poder no oculta nada: su legitimidad es autorreferencial y su narrativa la del especta-culo. Por eso, la propaganda por el hecho escapa de toda (re)presentación. En el ahora conducido por la acefalía no hay lugar, ni tiempo para la (re)presentación. Es en el después, cuando la voluntad le imprime alguna direccionalidad al recuerdo y legitima al ipse, al <<si mismo>> … hablador de paja. Poco importa el cómo ante el qué representable para la peste perniciosa del rendimiento hedonista ¡Destituyamos el mundo, viva la imagen! es la nueva consigna. Voluntarismo del poder-hacer. Un re-post como herramienta de lucha frente a los genocidios en curso. 

  Dice en algún lado Tiqqun: “la verdadera mentira no es aquella que uno hace a los demás, sino aquella que uno se hace a sí mismo. La mentira es rehusarse a ver ciertas cosas que se están viendo, y rehusarse a verlas como se las está viendo. La verdadera mentira son las pantallas, todas las imágenes, todas las explicaciones, que uno deja entre sí y el mundo”. La histeria de Kassandra sólo es escuchada cuando es validada por otro coeficiente digno de admiración masculina.  El oráculo devorado por la romantización de la causa. 

  “Las penas guardadas enferman” dice mi mamá. Pienso en la forma narrativa que esto puede tomar. Lxs nadies. Lxs Yara Ron que están clarxs de qué es hablar de revolución con techo e’ zinc encima. Lxs que saben si fue tiro o tumbarrancho. Me harté del faranduleo rebelde, mártir y bienaventurado de la clase media en el letargo de su adolescencia tardía. Una semana de crónicas soltando la lírica de lxs que danzan con el corazón engangrenao’ y están clarxs que la imagen nos captura. La multitud anónima irrumpiendo en la narrativa hegemónica de los dispositivos invasores. La mirada del que mira lo que se ve: la huella del exilio en la despersonalización emocional diaria, en la incertidumbre voraz del arrojo, en la cotización diaria de la inflación,–sobre todo– en el profundo desgaste que viene con la pasión de crear otros mundos posibles. La narrativa de cómo el poder se efectiviza en la carne.

  Otro día en el que conversamos y no estás corazao pa’ abrazarnos los miedos de ser voz que incomoda. Otro día sin conseguir en tus ojos la complicidad de quien entiende el peso del pecho frente a la queja sorora pink washing. Oscurece mientras persigo la aurora. 

Miércoles 

El oprimido está hecho de la misma carne que el opresor

  La mañana transcurre sin parpadeo entre conjuros en latín y gapped clauses. Tras hacer las paces con el sueño perdido, latín IV me enseña que Lucano, republicano amante de las causas perdidas y expresión brutal del estoicismo, dice: “a los dioses les plugó la causa vencedora”. Corrijo la traducción:  “los dioses se complacieron con la causa vencedora”. Empieza el debate entre equivalencia o reterritorialización en la traducción y hospes comesque lo termina con la praxis: “se suicidó”. Su palabra en el hecho. Better a monster than an arrogant God

  Movilizar el pánico para restaurar el orden. Se renueva el libreto del noticiero: un cisjordano mató a dos israelitas y cierran la frontera de nuevo. Israel bombardea Qatar. Matan a dos policías de la ICE en Dallas y se confirma la transición de la revolución a la lucha armada.

  Termina el día, llega de nuevo la escritura que persigue la aurora. Intento escribir un opinion column sobre la Inteligencia Artificial como maquinaria de guerra para explorar el uso de drones en la explosión de objetivos civiles (caso Venezuela y Palestina). Las teclas terminan escupiendo en contra de la democracia y las redes sociales como supuestos garantes de la libertad de expresión porque se me atravesó en los argumentos el asesinato y tortura de tres mujeres que fue transmitido en vivo en Argentina el 25 de septiembre. La asimilación se extasía en la acción por la mostración. Devoradas por la imagen. Me cuestiono los alcances de la contemplación. 

  Tras escuchar a Trump decir: “sus países se hundirán en el infierno”, veo un documental sobre una persona arrestada en el imperio por ‘coincidir fenotípicamente’ con el tren de Aragua. Secuestrado, torturado, aislado y utilizado como carne de cañón publicitaria de la eficiencia de las cárceles salvadoreñas. “Mamones son caramelos en concha” dice Pedro Escobar desde la Guaira bajo un titular que reza “el venezolano que venció a Trump y Bukele”. Vacila que a la sala de interrogaciones de la migra en el imperio le dicen “La hielera”… Se trata de la ICE Police. Termina la entrevista/documental con el supuesto tren volando en Avianca directo pa’ Maiquetía. Pura habladera de paja decían, pero ud. no ha visto llaga; lo que ha visto es raspadura. No entienden el voltaje, no lo vamos a explicar. 

  Práxedis nos dice: “El hervor del pantano / no usurpará el vértigo del torbellino. / El miasma que emponzoña / no será nunca la nube incubadora de centellas”. Llega la aurora junto al silencio. Necesito espacio, tierra firme en medio del naufragio. Hospes comesque me voy a tu pecho. 

Jueves 

El hecho escapa a la crónica. La aurora luce pletórica cuando las angustias se tocan.

Viernes 

  Amanezco entre lenguas. Traducir se ha vuelto un refugio idílico. Me lleva al precipicio de la escritura y me invita a danzar sobre los límites abismales de una palabra y su traducción. Me lleva a lo que se deja atrás entre una y otra palabra, ese espacio de imposibilidad. El terror a las palabras parece apuntar a una imprenta. 

  Comienza la noche olvidando brindar a la salud de lxs muertos… y nos dejan en claro que en el hecho no hay tiempo pa’ las máscaras. La palabra requiere rostro. Una profecía del lobo en medio del vino: si las palabras ya no dicen nada, entonces es porque les falta contenido. Hay que hacer pa’ que digan. A la sintaxis le falta praxis. Divagamos entre el delirio y la necesidad epocal. Acto seguido: Un knock-out seco deja caer al enemigo sin tregua, ni duda. 

  Somos los que crecimos entre balas diferenciando el estallido de la esquirla de los fuegos artificiales. Les que buscaron en las letras el rumbo de la violencia. Cuando conoces la fuerza que amerita el disparo en el hombro, la adrenalina que revive tragedias pasadas en el cuerpo y cómo se infla el pecho de un cadáver en su caída, no estas pa’ complacer el berrinche revolucionario de logocéntricos.   

  Aprendí a no decir más de lo que se hace, no hacer más de lo que se dice. Bien sea con salsa y dominó o en pleno caracazo: amar es combatir. 

Sábado

  Me entero que el viernes pasadas las 10pm más de 50 uniformados allanaron la vivienda del conocido solidario con la causa indígena. Obligaron a todos los yukpas a arrodillarse como hace Bukele en la cárcel del Salvador, los arrojaron a un bus y les apagaron los teléfonos. La orden: existencia de una conmoción social en Caracas. 

  El exilio es refugio pa’ las penas. Una bella conspiración antigua me recuerda la diferencia entre hören y gehören: uno pertenece a donde es escuchado. Se reivindica el trato: solidaridad como arma letal. Un círculo de lectura a destiempo me enseña que los espacios de cuidado son trincheras frente a la guerra en curso. Aún a kilómetros de distancia, pero con el salitre en común, basta con reconocer en la voz del otro el dolor por la tierra para saberlo cómplice. Las ansias por la dignidad. Conspiraciones anticoloniales que me salvan la cordura entre tanta pretensión europea porteña.

Domingo 

Una reunión fallida y Cappelletti se deslizan entre mis dedos y me sueltan la lírica: 

APÉNDICE:

CIENCIA POLÍTICA

por Florencio Sánchez (a) Jack the Ripper

Examen de incorporación,

—Dígame usted, señor examinado, ¿qué es política?

—Es la ciencia que enseña a vivir del presupuesto.

—¿Qué cosa es el presupuesto?

—Es el puchero nacional donde todos anhelan meter la cuchara.

—¿Cómo se divide la política?

—Se divide en partidos.

—Muy bien. ¿Puede usted decirme cuántos partidos hay?

—Dos: el de los que están encima y el de los que están debajo.

—¿Cómo funcionan esos partidos?

—Los de abajo gritando contra los de arriba, y los de arriba aplastando a los de abajo. 

—¿Suelen invertirse esas funciones?

—Sí, señor; por medio de un cambio de papeles que determina una revolución.

—Y, entonces, ¿qué sucede?

—Sucede que los que han aplastado gritan y los que han gritado aplastan. 

—Perfectamente. ¿Quiere decirme para qué sirven las revoluciones?

—Para que la cola del organismo político se convierta en cabeza y la cabeza en cola.

—¿Se obtiene por medio de esta intervención algún beneficio público?

—No, señor; porque el orden de los factores no altera el producto.

—Bien contestado; pero, ha de saber usted que en la variación está el gusto, ¿eh?

—Sí, señor.

—¡Hemos concluído!

Tin

El secretario:

—Aprobado

Jack the Ripper

*Esta página se publicó en el periódico anarquista bonaerense El Sol el 1 de marzo de 1901

  Menstruo y el cuerpo cimarrón me ordena calma. Siento el oleaje inoportuno. Me doy cuenta de cuán alta está la marea porque andaba peor. Sigo sin poder responder al ¿Cómo estas? No sé nada de mi mamá, no hemos hablado desde … hace varios días. No sé cuántos buques o presidentes hay. Seguimos siendo los del cerro que bajaron en otrora, pusieron los muertos y fueron traicionados por el excremento del diablo. El tuerto sigue siendo Rey entre ciegos. Bortz duerme en mi regazo mientras termino esta crónica y recuerdo que fue por Marcos que todo esto comenzó:

“Que tu memoria centelleé por doquier, 

Que sea siempre viernes en la noche,

Conspirando en moskowa con resaca de glitter”

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